Como todos sabemos y conocemos por experiencia, el dolor es una sensación desagradable, un pinchazo, picadura, ardor o molestia. Esto suele estar asociado a una lesión porque, ¿si nos duele, algo tendrá que estar pasando, no?
Esta sensación es producida por nuestro sistema nervioso, el cual está lleno de sensores que se activan ante una lesión u otra situación extraña para nuestro organismo. Más, existen diferentes situaciones en las que el dolor aparece sin ninguna lógica y sin daños aparentes.
El dolor crónico llega a producirse tras una lesión inicial la cual, una vez el problema ha sido resuelto, el dolor no desaparece. Este incluso puede llegar a producirse al tener ciertos pensamiento, distintas emociones o mismo sin llegar a tener explicación. Hoy en día se desconoce que es lo que realmente produce esta sensación, pero existen ciertas teorías que contemplan su origen en algunos puntos de ignición como los ganglios de la raíz dorsal.
Ante estos casos hay que tener en cuenta que muchas veces, ante el aumento de la angustia de estas personas por no conocer el origen del dolor, por no poder realizar las tareas diarias con normalidad o mismo que las personas de su entorno no las comprendan, puede llegar a empeorar la situación e incrementar el dolor.
Es por ello que en estas situaciones es necesario ayudar a sobrellevar el dolor, aconsejarles que acudan a una terapia cognitiva conductual o a reuniones de grupos de autoayuda con otras personas que puedan estar en su misma situación.
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Es un tema interesante e importante la verdad, ya que muchas personas padecen esta condición y seguramente no saben que hacer a parte de tomar pastillas para intentra aliviarlo, lo cual es un problem muy grave a largo plazo.
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