Quizá al leer el título de esta entrada pensarás que se trata de un tema poco notable en la sociedad, pero hace un tiempo atrás se creía que este mito era cierto. Esto se debía a que la soja elabora unas sustancias llamadas isoflavonas, que se asemejan a los estrógenos, pero de origen vegetal.
Está científicamente demostrado que los altos niveles de estrógeno se relacionan con un riesgo elevado de cáncer de mama. La asociación de las isoflavonas y esta evidencia científica daban lugar a este mito, pero la realidad es que este producto no tiene unos niveles tan altos de esta sustancia como para provocar un aumento del riesgo de padecer cáncer de mama.
Asimismo varios estudios han concluido que una alimentación, prolongada, rica en soja disminuye el riesgo de adquirir cáncer de mama en las mujeres.
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