Las hemorragias nasales, en la mayor parte de los casos, suelen ser lesiones fáciles de controlar y no peligrosas. Existen diversas causas que pueden provocar un sangrado nasal, como por ejemplo: resfriados, alergias, sonarse repetitivamente la nariz, traumatismos faciales, administración de medicamentos que resequen las mucosas como algunos antihistamínicos y descongestivos, drogas como la cocaína...
Lo más habitual durante un sangrado nasal es que la gente se incline hacia atrás y tapone el orificio nasal afectado con un trozo de pañuelo o papel, pero ¿esta es la forma correcta? Pues no, ya que de este modo estaríamos tragando esa sangre extravasada, lo que podría provocar tos, ahogamiento o incluso vómitos.
Entonces... ¿cuál sería el procedimiento correcto para paralizar el sangrado? Pues sería lo contrario, la cabeza se inclinaría hacia adelante, la posición puede ser en sedestación o de pie, y recogeríamos la sangre con un papel o un paño húmedo aplicando un poco de presión en las fosas nasales, lo que ayudará a agilizar el corte de esa hemorragia.
Pero recuerda, en el caso de no ser capaces de detener el sangrado de esta forma, debemos acudir a un centro sanitario a que nos revise un profesional.
La aparición de una hemorragia nasal puede asustar, pero ahora que ya conoces las causas y como actuar: ¡que no cunda el pánico!
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