Existe la creencia de que la vitamina C de las naranjas se pierde rápidamente una vez estas son exprimidas por la degradación en contacto con el aire. Esto contrasta con la realidad, ya que tardan mucho más en desaparecer de lo que se piensan.
Distintos profesionales de la salud como puede ser Anna Bach, doctora en el campo de la salud nutricional de la UOC, afirman que las vitaminas, incluyendo la C, pueden llegar a conservarse hasta unas 12 horas después de ser exprimidas.
No obstante, lo que si puede variar es el sabor. Con el paso del tiempo, el zumo se vuelve más amargo. Esto deja en manos de cada persona el tomarse el zumo rápido o con calma, ya que realmente dependerá del tiempo que tenga para beberlo y del sabor que quiera que tenga, pero las vitaminas, las tendrá igualmente.
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