Las muelas del juicio son aquellas que aparecen en nuestra dentadura entre los 17 y los 21 años generalmente, aquella edad en la que se asume que uno empieza a adquirir un poco de "juicio". Es muy común su extracción, pero en contra de la creencia popular, no es necesario llevarla a cabo siempre.
Según informan los expertos lo mejor en casos generales en los que estas muelas no den ningún tipo de problema será no extraerlas, ya que sería una intervención necesaria.
Pero entonces, ¿cuáles vienen siendo estos problemas?
Los agrupamos principalmente en 4 categorías. La primera de ellas será la causa de falta de espacio (las muelas saldrán a través de la encía y ésta puede crecer por encima de ellas, lo que ocasiona acumulación de comida y molestias). La siguiente es su crecimiento de forma torcida o en la dirección equivocada, seguido de la aparición de una infección (que podría llegar a ocasionar un quiste que dañe el hueso) y, por último, de la imposibilidad de limpieza de la zona (por apiñamiento de estos nuevos dientes).
Con lo cual, la idea más importante será analizar nuestros síntomas en el momento en el que detectemos el crecimiento de las muelas, y si entre ellos se encuentran el dolor, las molestias, la hinchazón o la rigidez mandibular, acudir a un profesional. Si este no es el caso, debemos permitir el crecimiento de forma natural y evitar pensar que tenemos que deshacernos de nuestros "nuevos" dientes.
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